Cañonazo de Munlet
No se pierdan Cañón, el nuevo Clip de Munlet realizado por Pablo Fermín.
El Capitán Sevilla es un videojuego español creado en el año 1988 por la marca Dinamic Software en el que encarnamos a Mariano López: un transportista de morcillas mutado en superhéroe tras ingerir embutido radioactivo. Un clásico del videojuego patrio que seguramente seguirá vivo en algún lugar oculto del cerebro de muchos de nuestros lectores.
La ilustración de portada del videojuego fué creada por Francesc Capdevila «Max», y en la revista Microhobby llegó a salir un cómic de cuatro páginas del mismo autor. ¿Y a qué viene todo esto? se preguntarán ustedes… Pues sobre todo porque el año pasado la gente de ComputerEmuzone Games Studio dedicó ni más ni menos que 3 años a programar y diseñar un remake del juego realmente bueno en el que aun no he conseguido pasar de la primera pantalla.
El juego original.
El remake Con descargas para PC, Linux y Mac.
Alexis Malbert a.k.a. TapeTronic es un DJ Parisino al que le ha dado por reinventar las viejas cintas de cassette en plan Doo Rag para convertirlas en aparatos sonoros con los que pinchar y hacer scratch.
Tanto el resultado sonoro, como las cintas modificadas son realmente impresionantes.
Más información en la web de Alexis Malbert y en su Myspace.
Para los más impacientes, les «embuto» un par de vídeos, a ver qué les parece.
Por cierto, el pasado domingo Papel Continuo cumplió 6 añitos y no nos acordamos ni nosotros.
Scratch casette malbert skratch7 (all-in-one)
Tapetronik Demo Video
TAPETRONIC Live Paris (Rigoletto) 2009
«Avoid a bunch of nasty traps and baddies to find a treasure. All by pressing the left mouse button!»
Bajo esta simple premisa, nos hemos encontrado con uno de los juegos online más divertidos y adictivos con los que nos hemos topado en bastante tiempo.
One Button Bob es una aventura de plataformas, en la que en cada pantalla debemos realizar una acción diferente para llegar a la siguiente, eso si, sólo haciendo click con el botón izquierdo del ratón. La cosa parece sencilla, pero se complica sobremanera hasta llegar al «Boss» final. Todo ello aderezado con una estética y música de arcade viejuno al mejor estilo Pitfall.